18 de mayo de 2009

Historia de la creación de un humano

  • Abres la caja, ves todas las piezas y dices: hum, esto promete ser divertido.
  • Decides comenzar con el esqueleto. Luego ya irás insertando en su interior todos los órganos.
  • Te das cuenta de que es imposible hacerlo así, así que decides desmontar las costillas, para luego ir rellenando el tórax.
  • Una vez introducidos los pulmones y el corazón, decides hacer lo mismo con el estómago y los intestinos, pero los pulmones no dejan espacio para poder colocarlos cómodamente, así que tendrás que separar la columna vertebral en dos para, una vez colocados los órganos del abdomen, volver a unirla.
  • Hecho esto, parece que todo va bien, pero no contabas con que la vena que une los riñones y el corazón estaba incluída en el pack, así que te dispones a ponerla en su sitio.
  • Mientras llevabas a cabo el paso anterior se te ha caído todo, así que tendrás que empezar de nuevo.
  • Te alegras, ya que, una vez arreglado todo, solo te queda colocar el cerebro dentro del cráneo. Cuando te das la vuelta para coger el hueso parietal que estaba en la mesa golpeas accidentalmente con el codo tu recién creado ser humano, con lo que lo mandas todo otra vez a tomar por culo.
  • Repites de nuevo todos los pasos anteriores. Por fin has terminado. Te sientas para contemplar tu obra, pero notas que algo se te clava en el culo. Te levantas, miras la silla y ves algo amarillo y redondeado... ¡Oh! ¡Te habías olvidado de la vejiga!
  • No piensas empezar de nuevo, así que coges la puta vejiga de los cojones y se la encajas debajo de un riñón. ¡Ala! ¡A llorar a Gretel!

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