18 de mayo de 2009

El bosque de los sueños

Estábamos los dos allí, solos, perdidos en medio de aquel inmenso bosque. Una ligera brisa hacía que los helechos que crecían a nuestro alrededor se mecieran ligeramente, acariciandonos con sus hojas. Los rayos del sol que acababa de despertar se colaban tímidamente entre las ramas de los árboles, y hacían brillar más tus preciosos ojos, de los que yo no era capaz de apartar la vista. Mientras una de mis manos iba explorando poco a poco todo tu cuerpo, acariciándote suavemente, sintiendo cada centímetro de tu piel, disfrutando con tu belleza, la otra, que hace un momento había estado enredada en tu pelo, se concentraba ahora en tu carita, lo más bonito que yo jamás había visto.


Y allí, mientras los pájaros iniciaban la composición de una nueva melodía, nosotros caímos al suelo y, tumbados en la hierba, nos quedamos dormidos, mirándonos a los ojos, con nuestras piernas entrelazadas, y abrazándonos tan fuerte, que nuestros corazones comenzaron a latir a la vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procure no dar patadas al diccionario en su comentario, que nos conocemos...